Su objetivo es que los hospitales cuenten con los elementos estructurales, no estructurales y funcionales en condiciones adecuadas para permanecer accesibles y funcionando a su máxima capacidad y en la misma infraestructura, inmediatamente después de un evento de origen natural o antropogénica cumpliendo tres criterios:
- Proteger la vida de sus ocupantes: el hospital se mantiene en pie y con daño mínimo;
- Proteger su función: el hospital mantiene la prestación de servicios de salud;
- Proteger la inversión: Las instalaciones y equipos del hospital sufren daños mínimos y continúan funcionando.